lunes, 19 de diciembre de 2011

CELEBRAR

"Allí donde está el dolor, está también lo que lo salva."
Johann Friedrich Hölderlin


Volveremos a reunirnos en torno a la misma mesa, a pesar de que ahora toque llorar y flote en el aire un silencio espeso intentando taladrarnos el corazón. Y también habrá tiempo para la risa y los abrazos, es lo extraño de celebrar estas Fiestas que giran en una doble dirección, te incitan al llanto y a la risa con la misma intensidad, y en un momento concreto te paras y te bajas de la órbita loca que te enreda y eres capaz de ver más allá de las luces, más allá de las canciones y los colores brillantes. Agradecerás los abrazos sinceros que te llegan a tocar los huesos, las manos apretadas más allá de la piel y las miradas cómplices, más cómplices que nunca. Seremos capaces de sentir el dolor que anida en la carne ajena, y las ganas de abrir la puerta a la compañía de quien lleva años habitando con la soledad. Recordaremos momentos que no volverán, plancharemos el papel de nuestro futuro hasta dejarlo sin una arruga, aun sabiendo que se irá plegando en nuestras propias manos, y pensaremos que éstas pueden no ser las mejores Navidades de quienes tanto la supieron disfrutar. Por ello, y porque nadie se merece la tristeza, vamos a celebrar.
Felices Fiestas a todos.

lunes, 12 de diciembre de 2011

EMPATÍA

“Las emociones no se improvisan, no se fuerzan ni se provocan.”
                                       Francisco Umbral “Las ninfas”
Dedicado a todos los que saben acompañar,
sin más pretensión que acompañar.

De poco sirve zarandearte por los hombros, abrirte la boca y atiborrarte con mi dolor para que tu corazón sincronice mis latidos, para que compruebes lo ajustado de mis zapatos en este camino de sombras, o sientas en tu propia carne cómo aprieta este cuchillo que llevo clavado entre las costillas durante más de una vuelta de almanaque.
No será menor mi pena si eres capaz de recitarla de memoria, ni se la llevará el río de lágrimas derramadas en la cumbre de tu hombro, la congoja no la enmudece tu dedo sobre mis labios ni el siseo de tu boca en mis oídos.
Mi pena es la misma sola o en compañía, no te disfraces de héroe, no me salves ni intentes convencerme, no finjas que te sabes todas las aberturas por las que me desangro, gota a gota. Sólo quiero saberte a mi lado, incapaz de reconocerte en mi agonía, pero aliviando al menos mi soledad.

martes, 29 de noviembre de 2011

QUE NI SEPAS QUE ME DUELE

“¡Oh Inés, oh alma mía, que tu rostro esté de la misma manera junto a mí cuando yo acabe de verdad mi vida! ¡Y que cuando las cosas reales estén borrándose para mí, de la misma manera que estas sombras que yo despido ahora, pueda encontrarte cerca de mí, apuntándome hacia lo alto!”
                                                                Charles Dickens   “David Copperfield”
 

No voy a negar que me has quitado demasiado, que me robaste con violencia y a las horas en que las sombras empiezan a velar la claridad del día, con alevosía. Que me arrancaste de la carne el origen de mis días. No, no voy a negar que me has dejado cual árbol sin raíces, temblando y a las puertas del mes del frío, haciendo lo imposible por agarrarse al cielo con sus ramas para no caer.
Mentiría si no admito que noto el corazón como un amasijo de cristales rotos clavados en la garganta. Que no lloro sal sino mi misma sangre, hacia dentro, encharcando el vacío que me dejó tu paso. Negarlo no me serviría, y nadie lo entendería.

Pero no te voy a dar ni uno de mis segundos regalándote los oídos con mi pena, te vas a quedar con las ganas de mi llanto, no te alimentarás ni siquiera con las sobras de mi dolor. Porque has podido arrancármelos sin respetar siquiera los plazos, pero jamás me arrebatarás lo vivido a su lado. Tengo un mundo rebosando de recuerdos, y ésos son míos, sólo míos, pertenecen a mi piel y a mi alma, y ni tú ni nadie podrá jamás quedárselos.

sábado, 26 de noviembre de 2011

ESPERAR

"Si esperas, te contaré lo que nos aguarda después de la muerte. Amiga, tú y yo sabemos que vivir no ha estado nada mal, ¿por qué no habría de ser aún mejor lo que viene detrás? Ahora me parece obvio que la muerte es el estado normal y vivir el accidente. ¿Y encuentras alguna razón más justificada para morirse que el saber lo que nos espera? Que no digan: murió de cáncer o de un tumor cerebral. Que digan: murió por curiosidad."
                                            David Trueba    "Abierto toda la noche"

Lo peor es la espera que me atrapa desde los acantilados de tus pupilas. Y este color que engrisa el paisaje que se asoma a la ventana de un hospital. Aún me queda el tacto de tu piel fina y transparente acompasando el amago de tu gesto con el mío. Tengo la garganta encharcada de silencios ardiendo que no encuentran salida en una boca muerta de frío. Me cerraron todas las puertas del alma a la ilusión, encadenaron mi única esperanza y me arrinconaron al lugar de los desahuciados. A esperar.
Esperar que sólo me queden los sueños y los recuerdos, y descubrir tus huellas en cada cajón, en cada vaso, en las paredes y en el suelo. Notar el escalofrío escalando mi espalda al tacto de lo tuyo, de tus cosas olvidadas en la casa.
Esperar mientras la impotencia me taladra, me enreda y me desorienta.

Esperar…

sábado, 5 de noviembre de 2011

ESPERANDO FUTURO

“El futuro ya está escrito, aunque nosotros no sepamos leer  la página.”
                                                  José Saramago     “Caín”


Dicen que no existe, pero yo lo intuyo con las prisas de un reloj adelantado. No tiene forma ni nombre ni olor, pero lo llevamos pegado a los talones, besando la huella de los pasos recién dados.
Hay quien lo espera como bálsamo al dolor de hoy, un mañana esperanzador en el que ser feliz, días en los que nos levantaremos con la sonrisa puesta y fingiremos que a pesar de todo estamos en nuestro mejor momento. Seremos capaces de mentir(nos) y a pesar de saber que no era lo que esperábamos, nos pintaremos los párpados de azul y colgaremos el cartel de abierto en la boca. Callaremos lo que pensamos y cantaremos canciones sin letra por si cuela.

Llegará un mañana que no sé si quiero vivir. Contendré el aliento mientras me cuento cuentos cuyo final feliz me creeré a pies juntillas. Y a pesar de las dudas, de las interrogaciones colgadas en cada ventana, sabré que tarde o temprano tendré que volver a respirar, y el aire puede venir viciado, envenenando cada gesto.
Se instalará en mis días, y yo creeré que vino para limpiar todas las esquirlas que aún quedan clavadas en mis lagrimales. Pero volverá la lluvia, correrá por los tejados y traerá el frío a la ciudad, el frío y la humedad se enquistarán de nuevo en mi corazón, y otra vez fingiré que son lágrimas de alegría.

Dicen que no existe, y yo no sé si quiero vivir en un lugar que aún no tiene forma ni nombre ni olor.

jueves, 27 de octubre de 2011

AUSENCIAS

“La amplitud del futuro de antaño se reduce a un presente exiguo. Si abrimos la puerta de la calle lo que hay es un muro. En nuestra sangre circulan más ausencias que glóbulos.”
                                         António Lobo Antunes “Segundo libro de crónicas”



La muerte ha dejado de ser una noción, una palabra con la que dar nombre a la ausencia de alguien ajeno por lo lejano en el tiempo. Cuando yo era niña, la muerte era un marco en la pared con la imagen de un joven vestido con su mejor traje y zapatos relucientes cruzados en postura fingida, o la de una señora de mirada ausente con moño en la nuca y pendientes de perlas negras. Eran la muerte, siempre estuvieron allí, enmarcados en la pared, y desaparecieron con los muebles, las cortinas, las paredes, la casa, y mis abuelos.

Hago memoria y recuerdo el silencio de mi abuelo sentado en una silla apoyada en la pared de la fachada de la casa. Recuerdo cómo canturreaba entre dientes, apenas se le oía, y miraba a lo lejos, hacia los sembrados salpicados de girasoles, y yo veía en sus ojos azules un campo preñado de flores amarillas. Estaba como ausente, esperando otro día, y otro, y otro… hasta que su ausencia se levantó de la silla para mirar hacia los girasoles desde un marco en la pared. Fue entonces cuando la muerte me empezó a doler, y con el paso de los años y la ausencia de los seres queridos, la muerte ha dejado de ser una noción sin nombre enmarcada en la pared. Ahora me hablan con los ojos, los siento cerca y me duelen, porque cada ausencia de alguien querido nos amputa un trozo por dentro, el corazón deja de ser un todo y se convierte en un latido de trozos de piel fina y quebradiza que a la mínima se rompe si aireas las sábanas de la memoria.

Has vivido con ellos y han desaparecido obligándote a aprender a vivir, y aprender a vivir es aprender a morir. Porque la muerte no tiene nombre si no te toca la piel del corazón.

viernes, 14 de octubre de 2011

CAÍN vs ABEL

“Nadie es una sola persona, tú, Caín, eres también Abel.”
                                                  José Saramago “Caín”


Hoy me descubrí una sonrisa de maldad en el espejo. Pensé que sería algo pasajero y me desnudé para meterme en la ducha. Dejé la epidermis colgada del perchero y me abandoné al abrazo del vapor que me vistió de nube.
Quise en aquellos momentos que algún (mal)pensamiento y todas las tensiones del día se licuaran con las gotas de agua que caían por las baldosas blancas de la pared hacia abajo, en delgados hilos de humedad, y comprobé satisfecha que se los tragaba el sumidero en una espiral infinita hacia el abismo donde los malos pensamientos pierden su nombre, aunque a veces te gritan desde el fondo para recordarte que aún no se disolvieron del todo.
A veces es bueno dejarse lavar arterias y tuétano, colocar el cerebro debajo de la ducha, desnudo, justo en el centro, dejando que el agua arrastre, tibia y lenta, todos los trozos de piel muerta que el tiempo nos tatuó a fuego y cincel. También lo que nos hace daño aun naciendo y creciendo desde nosotros mismos.

Salí y me sequé despacio, con cuidado de no abrir heridas, pues a pesar de estar ocultas, las noto como cristales rotos que se clavan por mil aristas que te recuerdan que aún no han dejado de supurar.
Me noté limpia, por fuera y por dentro, como una hoja de papel en blanco en la que escribir de nuevo.
Lo que no he llegado a comprender es por qué aún mantengo esa estúpida sonrisa en el espejo.

jueves, 6 de octubre de 2011

CONTANDO MINUTOS

“Lo que se tarda en aceptar, lo que se acepta sólo con la madurez, es que no hay salvación para nadie en ningún sitio, que no hay una franja mágica de vida donde se detiene el tiempo y se es feliz para siempre”
                                                                 Francisco Umbral “Las ninfas”




Echar la vista atrás y darte cuenta de que pasó media vida, quizá la mejor de las mitades, quién sabe. Que todo haya pasado tan deprisa me parece ahora algo relativo, y tengo la certeza de que no podía ser de otra manera, imposible bajarse del tren de alta velocidad en que nos subimos al nacer. Porque no es el tiempo el que acelera o frena, el tiempo siempre se rige por sus mismas reglas y limitaciones, somos nosotros los que vivimos a distintas velocidades, con la lentitud pegajosa de los niños, la prisa loca de los adolescentes o la carrera final, desbocada a pesar de la torpeza, hacia la meta de los viejos.
Alguna vez pensé dejar de usar reloj creyendo que así el tiempo ralentizaría su carrera loca y adoptaría el ritmo lento y pausado de los tiovivos. Que podría degustar los minutos por separado, atrapándolos con todos los sentidos, tocarlos, charlar con ellos y recordarlo después, verlos arrastrarse, uno tras otro, en el giro invisible de la estela de las agujas, oír el tris quebradizo al chocar en la caída contra su esfera de cristal, y palpar con las yemas de los dedos la alfombra usada, el tapiz deshilachado de tiempo vivido.
Pero siempre quedan relojes colgados de todas las paredes dispuestos a despertarte de tu vida soñada a cámara lenta, y espejos que sólo congelan los minutos de las casas deshabitadas. Y yo hace tiempo decidí habitar la piel que me viste en cada momento, vivir la vida, sin pensar en los relojes.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

SENTIR PARA VIVIR

A mi prima y a mi madre, un ejemplo de vida.
A mi padre, quien supo como nadie sentir para vivir.

"Es malo sufrir pero es bueno haber sufrido"
          San Agustín


Creía que aquellos días serían eternos, que pasaban uno tras otro sin más cambio que la oscuridad de la noche tras la luz de la mañana. Como las olas, que una tras otra se rompen en la orilla de un mismo mar. No supe adivinar que toda la playa era demasiado grande para atraparla en mi reloj de arena, y se escapaba de entre mis dedos infantiles como la lejana línea del horizonte de mis párvulas pupilas.
Entonces sólo conocía canciones alegres y los fantasmas desaparecían cuando metía la cabeza debajo de las sábanas, allí donde los niños siempre están a salvo de los monstruos que acechan detrás de las puertas cerradas. Mi techo era un trocito de cielo transparente con miles de ventanas doradas por el sol, corría detrás de las estrellas de cinco puntas y cogía la fruta directamente de los árboles. Sentía cómo el viento frío del invierno me cortaba los labios, y cómo el sol del verano se colaba por entre las hojas de los árboles rompiendo las sombras para cicatrizar las heridas de mis rodillas. Y de mi alma.
Tengo tan presentes aquellos momentos que a veces me descubro soñando despierta con aquel trocito de cielo, y en los días en que llevo la nostalgia agarrada a las costillas me parece notar en la yema de los dedos la caricia de una punta de estrella en el bolsillo derecho de mi chaqueta.

Pasó el tiempo y me dejé llevar por ese viento invisible que nos arrastra a todos a cruzar la frontera hacia un territorio en el que siempre hay hogueras encendidas en las que quemar el deseo, mariposas revoloteando en la boca del estómago y miradas de soslayo que acaban atrapadas en el cristalino de otros ojos. Son los años adolescentes, en los que no existe el invierno si estás enamorada, ni el futuro, y el presente es el único sitio al que quieres llegar.
Sentí el amor irracional, ése que todo lo puede, ése que mide las distancias no en kilómetros sino en ganas, que te hace reír y llorar con la misma intensidad, el que te eriza la piel y te arruga el alma, ése que te deja el corazón en pause con sólo una mirada, ése que no se deja atrapar con cadenas ni candados, el que te lleva al borde de los acantilados a despeñar cualquier atisbo de razón que te ponga los pies sobre la tierra.
Y también sentí el desamor, me arrebataron el mundo que me regalaron y me clavaron en el corazón una nota de despedida escrita con tinta indeleble para recordarme todas las madrugadas que aún laten mis heridas aunque ya hayan dejado de supurar. Y comprendí que no sirven de nada las huídas para calmar el dolor que estalla por dentro alfombrándolo todo de recuerdos astillados.
Y así, entre amores y desamores tempranos se fueron deshojando los almanaques de mis días hasta que conseguí atisbar el camino que me llevaría a abrazar el amor sereno, el que avanza con los pasos decididos de la calma, la razón y la lógica. El que nunca hiere y cura aunque no se lo proponga. El que va más allá de los besos y la piel, el que nunca atiza las llamas lo suficiente para acabar con todo hecho cenizas. Con él me descubro sincronizando no sólo el aliento antes del último resuello, sino también los pasos a medida y las horas a destiempo. Me desdibuja el contorno de los problemas y me hace sentir que nada es tan difícil como parece. Me roba las pesadillas y de un soplo ligero tras mi nuca borra todas mis dudas.

Pero cuando parece que el viento sopla a favor, que el sol calienta lo suficiente sin llegar a quemar, que tomaste el camino correcto dejando atrás los baches en el asfalto, te das cuenta de que diste demasiadas licencias a la vida, que estamos en sus manos y a su merced, y que hasta entonces sólo conocías una de sus caras. Un día cualquiera se presenta ante ti con el disfraz decrépito de la muerte y te arrebata uno de los anclajes que te sostienen a tu mundo, y ves con claridad meridiana que nada es eterno por muy largo que quiera ser, y que todos tenemos nuestra fecha de caducidad, el día en que dejamos de sentir.
En el mismo aguacero me caló la piel y hasta los huesos la ausencia, el dolor, la tristeza y la soledad. Anduve durante un tiempo debatiéndome entre la incredulidad y el reguero de lágrimas que no acababa de derramarse nunca aunque me anegaba por dentro. El vacío estaba tan lleno de ausencias que ocupaba todo el hueco de mi pecho y tuve que hacerle sitio entre las costillas y la piel para poder respirar.
Confiando y creyendo recé todas las oraciones en todos los idiomas que no conozco, crucé los dedos por debajo de la mesa esperando una señal que me despertara de la pesadilla. Y tuve que pronunciar en voz alta las palabras que tanto temía para creérmelas.
Al final he sabido aceptar. Aquí no hay elección, la vida se sienta frente a nosotros cuando nacemos y juega la partida con todos los ases bajo la manga sabiéndose ganadora. Y a nosotros sólo nos queda disfrutar la partida aun sabiendo que la vamos a perder.
Debemos aceptar que andamos vagabundeando por la vida, llorando, riendo, amando, odiando, queriendo; movidos por todo lo que sentimos y que nos sale a borbotones desde el corazón. Y no dejarnos arrastrar por la espiral del tedio, ni tirar nunca la toalla movidos por el miedo a sentir.
Vivimos porque sentimos, porque al fin y al cabo estamos condenados a sentir.

Nota: El texto ganó el primer premio del VI Certamen Literario de la Fundación Francisco García Amo de Nueva Carteya, y a ella pertenecen todos los derechos. 

martes, 20 de septiembre de 2011

SIETE LETRAS

“Nunca estamos infinitamente lejos de aquéllos a quienes odiamos. Por la misma razón, pues, podríamos creer que nunca estaremos absolutamente cerca de aquéllos a quienes amamos. Cuando me embarqué ya conocía este principio atroz. Pero hay verdades que merecen nuestra atención, y hay otras con las que no conviene mantener diálogos.”
                                Albert Sánchez Piñol “La piel fría”


Después de dos años aún sigo aquí, buscando las palabras idóneas para expresar cualquier idea, emoción o sentimiento que amartilla mi cabeza, fue por eso por lo que nació este rincón, sin pretensiones como siempre digo y con la única intención de dar forma escrita a lo que me bullía en la cabeza y a veces me exigía la memoria. Sigo sentándome delante de este teclado, entrelazando palabras con la esperanza de que alguien me lea, y quizá hasta me entienda. No sé cómo os podría pagar el esfuerzo.
Después de dos años el miedo a sentirme absurda y un poco sola delante del ordenador ha dado paso a otra sensación difícil de explicar, la de sentirme extrañamente acompañada.
Hoy sólo quiero daros las gracias, a todos, a los que siempre me dejáis un mensaje de cariño y a los que cruzan un océano sólo para asomarse a mis renglones y se marchan de puntillas, dejando solamente las huellas del silencio sobre la pantalla. De todos atesoro el rastro, os siento aquí, cerca, casi os oigo.
Son sólo siete letras desnudas, una palabra sola, pero hay palabras a las que le sobran hasta las metáforas.
GRACIAS.

jueves, 15 de septiembre de 2011

LA CITA

“Veo que ahora se escribe más que nunca. Quizá sean culpables los ordenadores. Por gente que no sabe siquiera ortografía ni otra regla ninguna; ni sentido del ritmo. Por gente que, porque se aburre, quiere aburrir a los demás. O peor, por gente que se considera interesante, o que presume de vida apasionada o de inteligencia superior. O sólo porque quiere publicar algo, a menudo sin el más mínimo interés, y ver su nombre en un libro o, mejor todavía, en la televisión. O encarga a otro que lo haga por él, porque, en el más encomiable de los casos, él o ella ya sabe por lo menos que no sabe escribir.”
                                                                 Antonio Gala “Los papeles de agua”


Hace no sé cuántos meses leí el libro de Antonio Gala “Los papeles de agua”, y en él subrayé la cita que encabeza el post. Pronto se cumplirán dos años de mi estreno en este mundo bloguero y recuerdo la cita, porque sí es cierto que ahora escribo más que nunca, quizá el culpable es el ordenador que me compré harta de esperar que mi hijo dejara libre el suyo para perderme un rato en eso tan fascinante que llamaban internet.
Quizá yo forme parte de esa gente a la que alude Antonio Gala, aunque no me reconozco enredada en una madeja de faltas de ortografía, sin ritmo en las frases, y colocando tildes a diestro y siniestro o dejándolas de teclear inventando palabros que no significan nada.
Pero escribo, no tanto como me gustaría ni con la brillantez que admiro en algunos escritores de verdad, y lo hago por divertimento, no por aburrimiento, como un ejercicio autoimpuesto que abre las puertas de mi corazón y lo empuja a escapar. A mis días siempre les faltan horas, supongo que las que a otros les sobran para aburrirse, escribir, y aburrir a los demás.
Y no me creo para nada una persona interesante, a veces pienso que mi vida sólo interesa a las personas que más cerca tengo, nadie es imprescindible en este mundo virtual, ni aun teniendo una vida apasionada contada a golpe de post, y la mía se desliza por los días de la normalidad, a veces incluso de la monotonía, eso sí, con alguna pincelada extraordinaria.

Éste es un blog sin pretensiones, ni siquiera aspira a la brillantez aunque sí a la dignidad, y lo último que deseo son paseantes por obligación en este callejón. A veces me hago la ilusión de que no me mienten los comentarios tan generosos que algunos de los visitantes me dejáis, pero soy consciente, como dice Gala, de que no sé escribir. Al menos dedico el tiempo que no tengo a quien quiera pasear por el callejón. Sin prisa.

jueves, 8 de septiembre de 2011

SALIENDO A FLOTE

“Decir que estos tiempos son difíciles es no decir nada, aunque hemos usado tanto la expresión que ha acabado por perder su sentido, si es que alguna vez lo ha tenido: los tiempos han sido siempre difíciles para las frases hechas.”
                                     Quim Monzó "Ochenta y seis cuentos"


De un vistazo fugaz desde mi atalaya todo parece igual que siempre, una hora tras otra se sucede en la rutina de los días, siguen los mismos ruidos de coches que frenan como si quisieran evitar el borde de un precipicio, y ambulancias que anuncian las últimas horas de una vida. Las aceras siguen siendo el tablero de juego de los niños, y a veces llueve como todos los septiembres que recuerdo. Y hasta oigo a lo lejos una risa que se descorcha al anochecer, espantando del cielo las estrellas primeras.

Pero a poco que me detengo en las fachadas veo persianas con las pestañas bajadas, ahogando una lágrima al borde de la cerradura, almas de miradas perdidas en la nada gris del asfalto y caminos con meta en un cartel, que no llevan a ninguna parte. Los bancos de los parques no tienen edad para jubilarse y se tintan de futuro incierto y vaqueros rotos. La alegría parece fingida y se ahorra en ilusión tras la cerveza de una barra desierta. Parece que nos perdimos en un espeso bosque húmedo y sombrío, lleno de zarzas y hasta de arenas movedizas, y lo peor es que no contamos con ropa de abrigo ni calzado adecuado. Nos hemos sumergido en un negro fondo marino aun sin saber nadar, y no nos queda otra que agitar brazos y piernas para salir a respirar. En la superficie está nuestro futuro flotando a la deriva, esperando que lo llevemos hasta la orilla de una nueva isla. Porque el sol existe, aunque no lo veamos tras la espesura del bosque ni en la oscuridad del fondo del mar, y el final no será otro que volver a encontrarlo, redondo y amarillo, regalando luz y calor, en el centro del centro de todos los cielos, rodando por la línea que une los azules. Y saldremos a flote. De nuevo.
Estoy segura.

jueves, 1 de septiembre de 2011

ÚLTIMOS DÍAS DE AGOSTO

“El verano es una estación triste en la que nada crece. […] La canción del verano es siempre la peor canción del año. El amor de verano es un subgénero del amor […] Hablan de lecturas de verano, noches de verano, viajes de verano, bebidas de verano y con ello queda implícito un sutil desprecio. Nuestro amor no está hecho para el verano. Nuestro amor no conoce vacaciones.”
                                                                       David Trueba    “Cuatro amigos”


Te marchaste tan de puntillas que aún me parece escuchar tus risas rodando calle abajo, queriéndose colar por las rendijas de mi ventana, camufladas tras la oscuridad de la madrugada.
Aquí todo está descolocado aún, quedan cortinas por lavar y sábanas revueltas con tu olor y tu sudor impregnándolo todo, y encima afuera llueve como si Septiembre quisiera borrar tus huellas sobre el asfalto caliente. Y a pesar de que mi paisaje perfecto lo dibuja la lluvia y el frío, siento en el centro de todos mis centros la punzada de la pena; gris y desierta como una plaza sembrada de confetis al día siguiente de una fiesta.
Hoy salgo a la calle a despedirte, busco tus huellas por entre las sombras de las aceras, pero Septiembre ha borrado tu rastro sobre el asfalto caliente, y tu nombre de los calendarios.

jueves, 25 de agosto de 2011

TRUEBA

Siempre he sospechado que la amistad está sobrevalorada. Como los estudios universitarios, la muerte o las pollas largas. […] No debe ser tan sólido el vínculo cuando la lista de amigos perdidos es siempre mayor que la de amigos conservados. [...] La amistad siempre me ha parecido una cerilla que es mejor soplar antes de que te queme los dedos y, sin embargo, aquel verano no habría podido concebir los días sin Blas, sin Claudio, sin Raúl. Mis amigos.
                                                  David Trueba     "Cuatro amigos"



Quince días dan para poco …o para mucho si los ocupas solamente en lo que te gusta, y yo ocupé muchas de sus horas en leer. David Trueba y sus “Cuatro amigos” me entretuvieron la primera semana de vacaciones. Me llevaron en una furgoneta que apestaba a queso hasta las playas valencianas, luego me divertí con ellos en las fiestas de un pueblo maño para acabar de boda en una ermita de Lugo.

Había oído hablar de la obra de David Trueba, tenía buenas críticas y yo ganas de leer algo suyo, y cayó en mis manos “Cuatro amigos” que me sorprendió tanto por el estilo del autor como por la trama de la novela y las conclusiones a las que llegan sus personajes. La amistad como hilo conductor del argumento que va evolucionando hacia algo más complejo, relaciones personales, familiares y por supuesto el amor y el sexo. Al final la aceptación de unas vidas a veces rutinarias y miserables. Y es que los años, en un momento clave de la edad, ponen a todo ser humano justo en la frontera en que ya no eres joven ni viejo, ni siquiera adulto con responsabilidades. Es el momento en que notas que tu vida empieza a girar en otra dirección.

Me gustó tanto leer “Cuatro amigos” que continúo con David Trueba y su “Saber perder”. En la repisa me espera “Abierto toda la noche”, de David Trueba, claro.

jueves, 18 de agosto de 2011

NO ES MI MAR

“El mar es un monumento a la libertad, la única estatua de la libertad posible.
  El mar es una estatua derribada.”       
                                     Francisco Umbral   “Mortal y rosa”


No es mi sitio. Por mucho que haya perdido la cuenta de las veces que pronuncié tu nombre en mi cabeza, tan bajito que ni siquiera mi voz se apreciaba como un leve murmullo al borde de tus oídos de espuma. Pero ahí estabas, inmenso y gélido como el amor no correspondido, enorme y profundo como el abismo de una mirada que te interroga buscando certezas, huidizo y misterioso como los amores imposibles. Me llamaste y caminé hacia ti, con los pasos torpes y decididos del amor que se entrega, con más miedos que certidumbres y un sol lavado llamando a las puertas de mi espalda. El cielo me regalaba todas sus horas mientras tu abrazo se hacía largo en la infinita línea final, trazada con tiralíneas. El tiempo rodaba lento en el devenir de las cosas que se mueven dentro de sus horas, y así pasaron quince mañanas con sus quince noches en las que me sumergí como si de mí no se tratara, viviendo la vida lenta y horizontal de otra persona, en un lugar que me susurraba que aquél no era mi sitio, y que no me pertenecía por mucho que pronunciara su nombre al borde de sus oídos de espuma.

jueves, 21 de julio de 2011

HUBO UN TIEMPO

“Aunque allí tenga recuerdos, ¿puedo ir a buscarlos? Podría retroceder, regresar no. Regresar es imposible. Por eso prefiero los lugares nuevos.”
                                                    Andrés Neuman “El viajero del siglo”


Hubo un tiempo en el que zambullirme en las aguas frías de una alberca era sumergirse en las profundidades marinas de un infinito océano azul brillante, en un mundo misterioso donde las sombras te apresaban por los pies, y los rincones olvidados por el sol me los prohibía el miedo a lo desconocido.
Conocía los grados del mercurio por el canto de la chicharra que nunca vi, y que arreciaba el volumen de su monocorde ritmo en paralelo a mis pasos acelerados. Siempre tuve la certeza de que me espiaba desde su escondite oportuno, segura de que nunca sería descubierta.
Hubo un tiempo en que disfruté los olores del verano aprendiendo a vivirlos, y sus nombres fueron escritos con los dedos de mi memoria, con tinta indeleble, por los sentidos que siempre están alerta cuando sólo se vive el presente.
Había un camino que me llevaba al paraíso (encontrado), y una escalinata de estrechos tramos que bajaba al lugar de los escondites (perdidos) y los colores por descubrir.
Hubo un tiempo en que las piedras de mi paraíso guardaron el eco de mi voz. Un tiempo donde la vida entera era, ahora, ni el eco de los chiquillos.

jueves, 14 de julio de 2011

UN MILAGRO

“La vida es un milagro incomprensible; se gasta y se diluye sin cesar, y, no obstante, dura y permanece sólidamente, como el puente sobre el Drina”.
                                         Ivo Andrić “Un puente sobre el Drina”

A veces abandono la mirada sobre el teléfono esperando su tintineo rompiendo el silencio de las horas, y sueño que al descolgarlo me acaricia tu voz al otro lado, como antes, como tantas veces eras tú y me enojabas con tus bromas inoportunas. Cuántas veces me reprochabas que no te visitara esa semana. No podías remediarlo, le hacías chantaje a mis emociones y me dejabas cavilando, incomprendida y culpable.
Pero no acabo de creer en los milagros, por mucho que cantase de niña “El trece de Mayo” y llevase enormes ramos de rosas a la Virgen de la escuela. Aunque a veces es justo lo que necesito, un milagro que me regrese al lugar de donde nunca debería haber salido, que me rearme y me componga, aunque sea de mentira y yo lo sepa. Prometo que me dejaría engañar, aunque ello supusiera retroceder en el tiempo, dejar en pause los latidos del corazón o congelada la piel del alma. Entrar y verte salir, callar y oírte hablar, despertar y verte dormir.
Descolgar el teléfono y escuchar tu voz anudada a mi garganta. Como hoy.
Hoy he creído en los milagros.

miércoles, 6 de julio de 2011

CONTARTE

“…esta corporeidad mortal y rosa
donde el amor inventa su infinito”
                                 Pedro Salinas.


Me gustaría llegar al lugar donde descansas, y contarte, agarrando tu mano, los días que me desfilan por este verano recién estrenado. Las cosas cambian en su quietud como si una mano invisible las fuera arrastrando muy despacio hasta el presente de los días, y el tiempo gira en su esfera sin fin, agarrado a la pared, y seguirá girando cuando desaparezca la pared, la esfera y el mismo tiempo.
Contarte que los gruesos muros aún protegen la brisa fresca de la casa, como a ti te gustaba. Que las cosas están limpias y en orden gracias a su mano incansable, ...si la vieras…, la fuerza y las ganas le deben su nombre, se hacen realidad porque nacen de ella. ¡Cuánto daría porque le posaras tu mano sobre su pelo blanco y reciente!
Contarte que todos la cobijamos bajo nuestras alas, como una piña cerrada envuelta en las tuyas que se alargan abiertas, derramadas, protectoras desde el cielo. Presión justa sobre los huesos, caricia oportuna en el corazón.
Contarte que tu sitio no lo sacia nadie y lo ocupamos todos. Que desde aquel día gris y espeso vivimos con la sombra de tu recuerdo cosida a la suela de los zapatos, que no hay día con su noche que no me cuente sobre ti.
Contarte de mis cosas, y mojarme con la humedad de tus ojos saliendo a borbotones desde el orgullo desbordado, laguna escapándose de tu boca ahogada y seca.
…contarte.
Tantas cosas…

martes, 28 de junio de 2011

MILES DE RAZONES


Improviso este post, no quise preparar uno desbordado de entusiasmo y orgullo. En mi interior supe que sería trabajo perdido. Desde hace mucho tiempo en este país se consiguen las cosas de una forma nada honrosa.
En esta ciudad se baila, se canta, se pinta y se vive, nos sentimos parte de un país extraordinario, amamos nuestro idioma y lo enriquecemos.


Miles de razones no han sido suficientes.
Córdoba no tiene el título de Capital Europea de la Cultura 2016, quizá porque ella no necesita de títulos para serlo.
Córdoba es cultura, se lo reconozca un jurado europeo o no se lo reconozca.
Su proyecto no muere aquí, somos miles de cordobeses empujando hacia el futuro, y ganaremos, ya hemos ganado, porque competir desde la humildad, la honradez y la honestidad ya es un logro del que Córdoba se siente orgullosa.
Córdoba se regala, se abre y te quiere, pero no sabe de chantajes velados.
Felicidades San Sebastián.

viernes, 17 de junio de 2011

CÓMPLICE

“El mundo de los gestos no es transparente como un cristal,
sino reflexivo como un espejo.”
                                                         Andrés Neuman “El viajero del siglo”


Todas las mañanas aparece delante de mí, se me acerca, abre la boca y pega su nariz junto a la mía, se sujeta los párpados y me mira descaradamente, nadie como yo guarda toda su confianza, aunque nunca me dice nada. Intenta colocarse los rizos en el sitio que ella le tiene reservado, pero no lo consigue, todos los días lo mismo, no se da cuenta de que esa batalla la tiene perdida. Me vuelve a mirar, sube las cejas y me guiña un ojo buscando mi complicidad, hace tanto tiempo que la conozco. La he visto corretear su risa loca de niña blanca y mullida, dar vueltas infinitas a los volantes de su traje de gitana, alisar su pelo como si peinara sus sueños, bailar su falda y estrenar los primeros pasos de sus zapatos adolescentes. Y aprenderse curiosa todos los huecos de su cuerpo. Ha ensayado su beso frío en mi boca mientras yo le robaba el aliento. La he visto reír estampando su alegría contra mi frente, y he visto el mar de sus lágrimas perderse por el sumidero del lavabo. Y no he podido consolarla.
Cada mañana espero su visita sabiendo que un día se marchará sin avisar. Y yo me quedaré en este lado.
Esperando.

jueves, 9 de junio de 2011

LA ÚNICA FORMA

“Las palabras no son más que signos de sentimientos íntimos, y los personajes, las situaciones y la intriga pretextos de superficie que utilizo para llegar al profundo envés del alma.”
                                   António Lobo Antunes    “Segundo libro de crónicas”

Hay libros que me desaparecen de las manos engullidos por un hambre voraz y despiadado y pasan a formar para siempre parte de mí. Cúmulo de cubos que me apilan el interior, que me forman por dentro, que me completan y me llenan, me derraman sus letras en sangre y ya siempre me recorrerán como hormigas negras en circulación. Me circulan, me dan vida. Viven en mí. Y hay libros, en este vaivén de lecturas, que se eternizan entre mis dedos, se cristalizan, se solidifican, se hacen hielo en la humedad de mi mirada, papel húmedo y frío apilado y rancio en cualquier rincón entre costillas. Olvidados. Inútil relleno de fealdad descarnada. Y a veces ocurre, una última lectura, experimento de lo nuevo, capítulos como cuchilladas en la blandura de las emociones, y paradas para asimilar, degustar, pensar, tragar, saborear el reguero de hormigas negras que encontraron la puerta de mi entrada en el desfiladero de mis pestañas. Tanta belleza, que no puedes sentir más placer pues se convierte en algo inaguantable, insufrible y doloroso, y el cuerpo se relaja y te pide parar. Es estremecerse, sentir que la belleza desborda tus pupilas ante la contemplación de una inefable estampa y tener que cerrar los ojos y notar que no eres capaz de guardarla toda en el envés de los párpados.

Ahora que voy teniendo claro lo que me gusta leer, lo que me hace cerrar los ojos para asimilar la belleza de las palabras tras dibujarlas en mis retinas, ahora, digo, sólo le pido al escritor que me regale la belleza que se esconde tras las palabras, no pido que me cuente una historia, pido la belleza contada, la belleza a cuestas de las palabras, pido estremecerme y no ser capaz de guardar toda la estampa en el envés de mis párpados.
He descubierto a António Lobo Antunes.


viernes, 3 de junio de 2011

GUAPA DE DÍA

"... una de las ciudades más emblemáticas del Mundo, capital no solo cultural sino comercial y de buen gusto durante siglos.
Ahí se albergaba la mejor biblioteca de sabiduría, tras la desaparición de la de Alejandría, que haya habido jamás en la Humanidad y sin ánimo de ofender a los chinos.
Esa ciudad era la adelantada mundial en Medicina, Artes Gráficas, Orfebrería, Filosofía y Ciencias matemáticas.
De ahí aprendieron los europeos, y por tanto los del Mundo, el saber griego acumulado en sus pergaminos.
De ahí aprendimos todos lo que es la belleza de unos jardines diseñados con el más exquisito buen gusto, y el modo de darle colores y luces al agua.
CÓRDOBA, CAPITAL CULTURAL MUNDIAL, sí señores de Europa."
                                                                                                   Javier Tellagorri





 Las fotos son de aquí

miércoles, 1 de junio de 2011

GUAPA DE NOCHE

"¡Ay, que Córdoba tenga que venir a Madrid para reivindicar la candidatura de capital cultural europea..!.
Córdoba es candidata. ¿No nos damos cuenta de que Córdoba ha sido la designada como la gran ciudad mítica? Y nosotros pidiendo limosna.
Yo no pido adhesiones. Si Córdoba aún no ha sido capital de Europa es que Europa es gilipollas.
Córdoba no pide, Córdoba da, pues fue la capital de la Bética, la de Al-Andalus, que tachó a Damasco del mapa e incluso a la Meca. Córdoba es un mito para los islámicos, de modo que no puedo desear que nos concedan el privilegio entre diecisiete ciudades españolas porque Córdoba está por encima, es la soñada, la grandeza, la silenciosa, la desdeñosa que lo ha tenido todo. Ha tenido la capitalidad cultural durante siglos".
                                                                                                                Antonio Gala






 Las fotos son de aquí

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